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Timoteo Alfaro Lafuente

 

De la biografía del hebraísta Timoteo Alfaro Lafuente (Cervera del Río Alhama, 1830-Madrid, 1877), hermano del escritor e impresor Manuel Ibo Alfaro Lafuente y del también escritor y jurisconsulto Santos Alfaro Lafuente, dio noticia Francisco Cantera y Burgos en una conferencia pronunciada en el Instituto de Estudios Riojanos el 27 de mayo de 1943 y que, posteriormente, publicó la revista Berceo.

 

Los hermanos Alfaro eran hijos de un licenciado en Leyes que tenía en Cervera una escuela vinculada al Instituto de Logroño. Allí estudió Timoteo al menos hasta 1846. En 1855 fallecieron sus padres víctimas de la epidemia de cólera. Seguramente, él se hallaba entonces ya en Madrid con sus hermanos intentando abrirse camino en el mundo de las letras, pues ese año publicó en el Semanario Pintoresco Español un largo poema épico de inspiración bíblica, «Jerusalén y Cristo».

 

Indudablemente, Timoteo debió de ser hombre de gran tenacidad y capacidad de trabajo. Lo prueban su contumaz carrera universitaria y sus variopintas publicaciones, entre las que figuran algunas traducciones bíblicas como Trenos de Jeremías o sea Lamentaciones (1862), unos Salmos democráticos publicados con el pseudónimo «Ismael»  (1860), un método de lectura Método objetivo de lectura (1872) y una colección de poemas, La lira riojana (1876).  Aunque sin título académico, figura ya en 1861 como encargado de la docencia del italiano y el hebreo en la academia de lenguas vivas y muertas del Colegio Politécnico de Madrid. Ese mismo año solicita su admisión a oposiciones universitarias, alegando como méritos diversas obras, entre ellas una traducción en verso de los Salmos, y sus colaboraciones en diversos periódicos. En 1862 obtiene la Cátedra de Hebreo de Zaragoza y, poco después, la de Santiago y la de Oviedo, respectivamente en mayo y noviembre de 1863. Durante este período, completa sus estudios superiores y obtiene el bachillerato en Artes en Oviedo en 1865. Poco después, en el mes de diciembre, le es concedida una licencia para pasar a París a estudiar idiomas y escribir una gramática. A finales de 1867, por supresión de la enseñanza en Oviedo, es trasladado a Salamanca, donde impartirá con éxito su programa de hebreo a los alumnos de Teología hasta que, de nuevo, la supresión de la enseñanza el 31 de diciembre de 1868 lo obliga a la excedencia. Se doctora en 1869, fecha en que publica una composición poética en hebreo en honor de fray Luis de León, cuyo estudio biográfico y crítico le ha encargado la Universidad.

 

El rastro biográfico de Timoteo Alfaro se pierde hasta el 5 de enero de 1872, en que estrena en el Teatro de Recreo de Madrid el melodrama La Rosa de la Aldea, que publicará más tarde. Proclamada la Primera República, el 29 de abril de 1873 toma posesión de la Cátedra de Hebreo de Sevilla y, poco después, en las elecciones del 10 de mayo, obtiene un acta de diputado por el distrito de Arnedo, en La Rioja. En 1875, al principio de la Restauración canovista , interviene en la  «segunda cuestión universitaria»  manifestándose en contra de la circular del Ministro de Fomento, Manuel Orovio, porque establecía, según sus palabras, «la obligación de explicar con arreglo a cierto dogma religioso y a determinada política» . Estaba ya entonces enfermo, pues en 1874 el médico había diagnosticado que padecía «cefalalgia heperémica debida a congestiones hepáticas causadas por los trabajos intelectuales y las afecciones morales deprimentes». Así, el 18 de enero de 1877 solicitó la excedencia y se trasladó a Madrid, donde falleció el 28 de abril.

 

La colaboración de Timoteo Alfaro en el Semanario Pintoresco Español se concentra casi toda en 1857, en que aparecen dos «novelas originales» por entregas, «La flor de la caridad» y «El rondador de Gandesa», el cuento «Desengaños» y dos poemas,  «Al sol» y «Las flores de la ribera». Éste último aparecería mucho más tarde también enla sección «Álbum poético» de El Museo Universal, periódico donde ya había publicado la poesía «A la muerte» (1863).

 

 

 

Cuentos

 

Timoteo Alfaro, «Desengaños», Semanario Pintoresco Español, 14 (5 de abril 1857), pp. 110, 112; 15 (12 de abril de 1857), pp. 118-119.

Timoteo Alfaro, «La flor de la caridad. Novela original», Semanario Pintoresco Español, 17 (26 de abril de 1857), pp.133-136;  18 (3 de mayo de 1857), pp. 142-144; 19 (10 de mayo de 1857), pp. 149-152; 20 (17 de mayo de 1857), pp. 158-160; 21 (24 de mayo de 1857), pp. 165-167;  22 (31 de mayo de 1857), pp. 173-176; 23 (7 de junio de 1857), pp. 182-184; 24 (14 de junio de 1857), pp. 189-192.

Timoteo Alfaro, «El rondador de Gandesa. Novela original», Semanario Pintoresco Español, 38, (20 de septiembre de 1857), pp. 302-304; 39 (27 de septiembre de 1857), pp. 309-312;  40 (4 de octubre de 1857), pp. 318-320;  41 (10 de octubre de 1857), pp. 323-327; 42 (17 de octubre de 1857), pp. 331-335; 45 (8 de noviembre de 1857), pp. 358-360; 47 (22 de noviembre de 1857), pp. 373-376; 48 (29 de noviembre de 1857), pp. 381-384;  49 (6 de diciembre de 1857), pp. 391-392 [inacabado]

 

Otras colaboraciones

 

Timoteo Alfaro, «Jerusalén y Cristo», Semanario Pintoresco Español, 24 (17 de junio de 1855), p.192. [«Por qué tan furibundo y sanguinario?...»]

Timoteo Alfaro, «Al sol», Semanario Pintoresco Español, 6 (8 de febrero de 1857), pp. 57-58. [«Escoge un rayo de tu globo ardiente...»]

Timoteo Alfaro, «Las flores de la ribera. A mi apreciable amiga doña Elisa Grenet», Semanario Pintoresco Español, 25 (21 de junio de 1857), pp. 199-200; El Museo Universal, XII, 10 (7 de marzo de 1869), pp. 78-79. [«Brilla en el monte la aurora...»]

Timoteo Alfaro, «A la muerte», El Museo Universal, VII, 8 (22 de febrero de 1863), p. 65. [«De negra noche bajo el negro manto...»]

 

 

 

Teresa Barjau

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA Consultada

 

Cantera y Burgos, Francisco, «Un hebraísta riojano: don Timoteo Alfaro y Lafuente», Berceo 7, 8 (1948) pp. 161-170, 327-342.

 

 

 

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