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Buscador · Informe de cuentos · «El marqués de Javalquinto »

Título: «El marqués de Javalquinto»
Variantes del título:
Autor: Salas y Quiroga, Jacinto - (Salas y Quiroga, Jacinto)
Revistas: Semanario Pintoresco Español, -, 40 (4 de octubre de 1840), pp. 313-316.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: El rey Felipe IV, apremiado por un lance amoroso, pide al marqués de Javalquinto que le saque del compromiso en el que se halla metido con la bellísima joven Leonor de Mendoza. Javalquinto, discípulo de Calderón de la Barca y experto en galanterías caballerescas, parece la persona indicada para acudir a la cita concertada con Leonor y, al tiempo, atemperar los celos de la reina, que ha escuchado casi toda la conversación entre el rey y la muchacha. El encargo del rey no admite dudas: poner en conocimiento de la joven que el hombre que ha conocido aquella misma mañana está enamorado de ella. Javalquinto acude con el encargo del rey a casa de doña Leonor de Mendoza. En su reja, encuentra atado a uno de los barrotes la señal convenida: un lazo verde. La muchacha se muestra impaciente por conocer al que cree su galán. Este, que entrega a Leonor el abanico que ha extraviado en su paseo matinal, cede inmediatamente a los encantos de la beldad que tiene ante sus ojos. Ambos, entre galanterías, intiman pronto. Es entonces cuando el embozado marqués, olvidando el encargo de su rey, se presenta ante la dama como Javalquinto, el poeta.


Aquella misma noche, Javalquinto no acude al baile de máscaras que la corte da en el Buen Retiro. En su lugar lo hace un hombre oculto detrás de una máscara que, con un lazo verde prendido al lado izquierdo, ostenta con prestancia el amuleto como si quisiera ser reconocido. Es el rey Felipe, quien pronto da con la figura deseada: doña Leonor de Mendoza. El monarca, convencido de que Javalquinto ha cumplido con su encargo, parece presto a confesarle su amor. Pero pronto cambia de parecer, al observar que la muchacha, extasiada por el recuerdo todavía reciente que le ha causado Javalquinto, recita de memoria unos delicados versos amorosos sacados de una popular comedia del marqués. Herido en su honor, el rey desvela su personalidad a la joven. Pero esta no cede y, declarándose enamorada de Javalquinto, le confiesa al rey que aunque lo amara su amor sería imposible por su condición de casado. El rey, sincerándose con la muchacha y deshaciendo el cruel equívoco, le confiesa que aquel hombre de quien ella dice estar prendada, el marqués de Javalquinto, también lo está de ella. Leonor, que comprende de inmediato el engaño de que ha sido objeto, huye de la escena aterrada. Un mes más tarde, la que fuera calificada por sus contemporáneos como la mujer más bella de su siglo, doña Leonor de Mendoza, tomaba el hábito de las comendadoras de Toledo con el rey Felipe como padrino. Allí estaban todos los caballeros de la corte regia. Solo faltaba el marqués de Javalquinto, quien, apenado, ocuparía en el futuro su tiempo en dolerse de su mezquina desmesura y en ir a orar a menudo a la iglesia de las Comendadoras.

Temas, motivos y tipos: Seducción. Engaño. Máscara. Arrepentimiento
Aspectos formales: El cuento se divide en tres capítulos signados en números romanos, de los que el último, brevísimo, oficia a modo de conclusión que aclara al lector los efectos del desenlace. Las coordenadas espaciales y temporales se sitúan en la corte del Buen Retiro y en el reinado de Felipe IV. Un narrador omnisciente nos acerca una historia que trascurre de forma lineal. Si exceptuamos la extensa caracterización del marco histórico inicial, donde la voz narrativa predomina, abundan las escenas dramatizadas.

Sección:
Observaciones: Grabado de Palmaroli que glosa la escena inicial del cuento en casa del marqués de Javalquinto.

Clasificación genérica: Histórico. Sentimental.

Jaume Pont

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