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Ministerio de Ciencia e Innovación

Buscador · Informe de cuentos · «El ratón enamorado. Cuento »

Título: «El ratón enamorado. Cuento»
Variantes del título:
Autor: Anónimo - (Anonimo)
Revistas: Semanario Pintoresco Español, -, 42 (15 de octubre de 1843), pp. 334-336.
Volúmenes:
Variantes:
Resumen: Un hombre, agotado tras un día de caza, se echa a dormir sobre la paja y poco después nota cómo un animal le husmea en la pierna. Lo agarra y resulta ser un ratón que para salvar su vida le ofrece contar su historia. Le cuenta que, tras recorrer mucho mundo, va a vivir a Estambul, al pozo de un serrallo, al que lanzan a las mujeres infieles para alimento de los ratones. El ratón se enamora de una de las mujeres y trata de defenderla contra todos y cuando la sultana es izada sube con ella. Huye del palacio y viene a dar en la orilla del mar en donde descubre el cadáver de su enamorada. El joven, en vistas de que se halla ante un ratón muy poco común, le promete que todos los días le obsequiará con un pedazo de carne.

Temas, motivos y tipos: Animal/es que habla/n. Parodia de la literatura romántica. Castigo. Muerte.
Aspectos formales: El cuento presenta un narrador en tercera persona que cede su voz en la mayor parte del cuento al ratón, para que cuente su vida en primera persona. Lo más llamativo del relato es el tono burlesco con el que trata los más diversos temas. Así, ante la presencia de un ratón que habla dice el autor: «El joven M... de nada se admiraba; había leído además muchos cuentos fantásticos, y contestó al ratón». Cuando el ratón inicia su relato contándole que acaba de llegar de Constantinopla dice el joven M.: «... es muy de moda hablar de Constantinopla. Los minaretes de Stambul han hecho el gasto a muchos noveleros». Y un poco antes se ha hablado de un posible plagio de Las mil y una noches. Y conste que es un ratón cosmopolita porque también (¡qué buen romántico!) ha paseado por las orillas del Rin. Hasta del estilo afectado de los románticos se burla: «Nada hay más favorable a los pensamientos tristes que el ruido del mar, la inmensidad de las olas [...] El ruido del mar, la inmensidad de las olas, y ese no sé qué terrible que grita en la oscuridad del nocturno azulado; mis suspiros se mezclaban con una lúgubre armonía...».

Sección:
Observaciones: Encabezado por un grabado que muestra a un joven recostado en un montón de paja que sostiene en sus manos un ratón.


 

Clasificación genérica: Maravilloso. Oriental.

María Jesús Amores

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