Título: | «Dschellaledin. Cuento ruso» |
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Variantes del título: | |
Autor: | Marmier, Xavier |
Revistas: | El Museo Universal, VII, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49 (25 de octubre de 1863; 1 de noviembre de 1863; 8 de noviembre de 1863; 11 de noviembre de 1863; 22 de noviembre de 1863; 29 de noviembre de 1863; 6 de diciembre de 1863), pp. 343-344, 351-352, 559-360, 367-368, 375-376, 382-383, 391-392. |
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Resumen: | Durante el mandato de la emperatriz Catalina vivía en la región de Crimea Tschagir-Agadur, un príncipe tártaro que guardaba un sordo rencor hacia los turcos, pues habían matado a su primogénito. Tschagir-Agadur se había establecido con el único hijo que le quedaba, Dschellaledin, en uno de sus palacios cercano a Cargapoul. Dschellaledin, educado en el odio a rusos y a turcos, se convirtió en un joven orgulloso y solitario, que seguía los preceptos y costumbres musulmanas y mostraba un sordo rechazo cuando se encontraba con un giaur, palabra con la que los turcos designan a los infieles. Una tarde Dschellaledin tiene un desagradable encuentro con un coronel ruso, Belogradow, que le trata con desprecio por tratarse de un tártaro musulmán. Belogradow va acompañado de Ludmilla, la hija del coronel ruso Nicolás Lauretivitsch, de quien Dschellaledin se enamora perdidamente. Ludmilla vive con su padre y su madrastra, Anissia, que trata con excesivo rigor a su entenada y solo piensa en conseguir una boda rentable para ella. Dschellaledin empieza a frecuentar la casa de Ludmilla para poder estar cerca de ella, a pesar de los constantes roces con Belogradow. El príncipe tártaro es bien recibido tanto por el coronel Nicolás, que estima su valía, como por su esposa, que aprecia sus riquezas. Una tarde Belogradow llega a la casa del coronel con la noticia que ha estallado la guerra contra los turcos. Durante la discusión ofende gravemente a Dschellaledin, quien le reta a duelo. Sólo las súplicas de Ludmilla hacen que el joven retire el desafío. Entonces Ludmilla se da cuenta de que el joven tártaro la ama y ella, fingiéndose enferma, se aleja de él, pues es consciente de que les separa la religión. Dschellaledin cae entonces en un estado de postración y melancolía. Entretanto, Tschagir-Agadur, preocupado por la tristeza que invade a su hijo, decide casarlo con la hija del príncipe Chadschi. Esa misma noche la prima de Dschelladelin, Emina, descubre al príncipe los planes de su padre y Dschellaledin parte desesperado al encuentro de Ludmilla. Cuando llega al palacio de Ludmilla empieza a amanecer. El príncipe tártaro sorprende a la joven en el jardín y ambos se declaran su amor. Sin embargo, Ludmilla le advierte que deben separarse para siempre: ella es cristiana y rusa; él musulmán y tártaro. Sólo volverán a verse al pie de un altar cristiano. Esta conversación es sorprendida por el padre de Ludmilla que, junto con su esposa, quisieran ver convertido a Dschellaledin, aunque por motivos distintos. Ludmilla cae gravemente enferma ante la desesperación de todos, especialmente de Dschellaledin, que confiesa al coronel Nicolás su lucha interior entre su conciencia y su amor y, finalmente, accede en abrazar el cristianismo y adoptar las costumbres rusas. Ludmilla se recupera lentamente y Dshellaledin permanece un breve tiempo en casa del coronel, donde la muchacha le instruye en su nueva religión, sin acatar las órdenes de Tschagir-Agadur, que le ordena que vuelva a casa. La pareja se separa, pues el príncipe tártaro tiene que viajar a San Petersburgo para introducirse en la sociedad rusa. Antes de partir Ludmilla le regala una cruz de oro que pertenecía a su madre como prueba de su amor. En aquel momento aparece Emina que le trae un mensaje de su madre, anciana y enferma, rogándole que vuelva a casa. Tampoco accede el protagonista a sus ruegos. En San Petersburgo, Dschellaledin se entrega de lleno a su nueva vida, olvidando su odio contra Rusia y ante la curiosidad con la que la sociedad mira a un príncipe tártaro. Su familia reniega de él, le ha desheredado y, en venganza, su padre ha tomado las armas contra los rusos y se ha aliado a los turcos. Dschellaledin, solo y sin fortuna, se alista con el ejército ruso y es enviado a luchar a Suecia con el propósito de conseguir algo de fortuna para poder casarse con Ludmilla. Dschellaledin se convierte en un soldado valiente y condecorado. Herido en el campo de batalla se retira durante un tiempo para restablecerse. Vuelve entonces a su casa y sólo encuentra ruinas. Los rusos han matado a su familia. Visita las tumbas de sus padres y allí encuentra a su sobrina, Emina, que vuelve de nuevo a rogarle que abandone a los rusos y le ofrece que vaya a vivir con ella y con Fátima, su nodriza. Dschellaledin se dirige al palacio de Ludmilla. Allí le recibe Anissia, la madrastra, quien le comunica que, como la última noticia que habían recibido de él es que había caído mal herido, Ludmilla va a casarse con Belogradow. En ese momento llega Ludmilla y cae desmayada, pues le habían dicho de Dshellaledin había muerto. Aparece entonces el coronel Nicolás Lauretiewitsch, quien pide perdón al joven tártaro. Dschellaledin se dirige entonces a casa de su nodriza y de Emina, quienes lo acogen. Allí se ve convertido en un giaur. Al día siguiente, el de la boda, el joven convence a Emina para que visite a Belogradow y le entregue una carta de desafío. Así lo hace Emina y Belogradow acude con un testigo a la cita. Allí se encuentran los dos contrincantes y Dschellaedin mata a Belogradow, pero al acudir a la boda se da cuenta de que ha matado por error al hermano de Belogradow. Al día siguiente, cuando Belogradow recibe la noticia de la muerte de su hermano, Ludmilla recibe de la mano de Emina la cruz ensangrentada de su madre. Dschellaledin se ha dado muerte a orillas del mar y ni tártaros ni musulmanes quieren enterrarlo. Solo Emina permanece junto al cadáver de quien no se separa hasta que muere. Tiempo después el narrador asiste en un salón a una conversación frívola en la que una dama de unos sesenta años reprendía a su nieta por no guardar los principios de educación. Esa dama era la viuda del general Belogradow. |
Temas, motivos y tipos: | Madrastra. Influencia nociva de las novelas. Amor trágico. Conversión religiosa. Prenda amorosa. Guerra. Matrimonio de conveniencia. Boda. Duelo. Confusión de identidad. Suicidio. |
Aspectos formales: | La narración, sin división alguna, se publica en siete entregas. El narrador omnisciente describe los sentimientos de los personajes y se detiene ocasionalmente en la descripción de cuadros de carácter romántico. El relato, de carácter principalmente descriptivo, se estructura a partir de escenas de importancia capital para el desarrollo de la acción que se completan, sobre todo en la primera parte del relato, con diversas analepsis. |
Sección: | |
Observaciones: | El traductor es Nemesio Fernández Cuesta, autor de los textos no firmados. Como señaló en su momento George O. Schanzer ("Las primeras traducciones de literatura rusa en España y en América", en Actas de tercer congreso internacional de hispanistas, El Colegio de México, México, 1970, pp. 817-818), el autor de "Dschellaledin" es el Xavier Marmier "quien firmó el original francés, impreso en L'Illustration de París, en 1849" (p. 817). El relato se publica de nuevo en el volumen Les Perce-Neige. Nouvelles du Nord, traduites par X. Marmier (Garnier Frères, Libraires-Éditeurs, Paris, 1854), atribuido a Madame Hahn. |
Clasificación genérica: | Religioso. Sentimental. |
Montserrat Amores |