Título: | «La cabra tira al monte» |
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Variantes del título: | |
Autor: | Requena Espinar, José |
Revistas: | El Museo Universal, XII, 29, 30 y 31 (20 de julio de 1862; 27; 3 de agosto de 1862), pp. 231-232, 239-240, 247-248. |
Volúmenes: | |
Variantes: | |
Resumen: | Se trata de la recreación, algo novelada pero fiel a las fuentes históricas (incluso en detalles secundarios), de la vida de Teodora, la que llegaría a ser emperatriz bizantina como esposa de Justiniano (s. VI). Empieza contando sus orígenes, como hija de Acacio, maestro de osos, en la época del anterior emperador, Justino. Tras quedar huérfana, junto a sus dos hermanas, se dedica al teatro y a la prostitución. En esta época concibe un hijo de un senador llamado Severo. Cuando éste ve en peligro su vida le propone abandonar la ciudad, pero ella, que intuye un futuro prometedor, deja que marchen solos Severo y el niño, que acaban siendo acogidos por un ermitaño. Posteriormente se hace amiga de Antonina, esposa de Belisario, quien actúa como celestina para que un tal Upianda pueda conseguir los favores de Teodora. Este Upianda no es otro que Justiniano, quien será proclamado emperador a la muerte de su tío Justino. El final del relato es la parte más novelada de la historia. Nos cuenta que, tras fallecer Severo, el ermitaño decide ir a Constantinopla con el muchacho para averiguar su origen. Nada más llegar a la ciudad el niño es asesinado. La instigadora ha sido su propia madre que no quería que su pasado enturbiara su actual popularidad. Y aquí repite, sin que parezca venir muy a cuento, el título del relato «Con poquísimas excepciones, concluiremos con el título: La cabra tira al monte». |
Temas, motivos y tipos: | Ambición. Cortesana. Parricidio |
Aspectos formales: | Cuento bastante extenso, divido en 9 epígrafes, sin título. Se trata de un relato muy poco lineal, lleno de interpolaciones, digresiones y comentarios que no vienen demasiado a cuento (algunos, además, larguísimos). Tampoco el punto de vista es muy claro. Parece un relato omnisciente, pero en un momento [IV] se deja decir que, paseando por Constantinopla en el siglo VI «oí un diálogo». Hay fragmentos descriptivos seudopoéticos también demasiado largos. |
Sección: | |
Observaciones: | Él mismo intenta hacer la autocrítica, en medio de algún pasaje: «Oigamos la voz de algún crítico» (a propósito de la ausencia de unidad de lugar) y él mismo se contesta: «Acúsese a la historia». Hay, con demasiada frecuencia, alusiones “culturalistas” tan variadas como poco pertinentes: una reflexión sobre el café con nota a pie de página que reproduce versos de un poeta árabe, sacados de César Cantú; o bien referencias tan alejadas en el tiempo como las de Marlborough, «Rogerio Bacon» o al Don Juan de Byron. La fuente de la historia parece ser el relato contemporáneo de Procopio, que el propio autor cita al final del cuento. |
Clasificación genérica: | Oriental. |
Joaquim Parellada |