Título: | «Un desafío» |
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Variantes del título: | |
Autor: | Urcullu Zuleta, Félix María de |
Revistas: | El Museo Universal, X, 45, 46 (11 de noviembre de 1866; 18 de noviembre de 1866), pp. 354, 363. |
Volúmenes: | |
Variantes: | |
Resumen: | En una noche de invierno en Madrid un embozado, el narrador de la historia, se encuentra en la puerta de una casa en donde tiene una cita. Cuando está ante el portal llega velozmente un carruaje del que sale otro hombre que, empujándolo y tirándolo al suelo, entra en la casa y cierra por dentro con la llave que el protagonista había empleado para abrir. El joven se mantiene a la espera sospechando que pueda ser un amante. Hacia las tres de la madrugada se abre la puerta y el protagonista se lanza hacia el hombre que sale y le da un bofetón que le derriba. Al acercarse se da cuenta de que no es el mismo hombre de antes porque este va vestido humildemente, y de que «su cabeza estaba teñida en sangre». Opta por huir al oír acercarse al sereno y se mantiene a la espera en una callejuela cercana. Hacia las cinco sale su agresor y tras unos escarceos se cruzan sus tarjetas retándose a duelo. Nuestro protagonista reflexiona sobre la gravedad de un duelo por un asunto tan nimio pero a pesar de todo decide presentarse aunque, previsor, escribe una carta al juez, para que nadie sea culpado de su muerte; y otra a su amada informándole de que muere por su amor. Acude entonces «al tiro de pistola de la Fuente Castellana» y no da en el blanco ni una vez. Preocupadísimo sale de paseo y se topa con amigos, que se sorprenden al verlo tan turbado, y con su amada de quien recibe una mirada «amenazadora». Al día siguiente muy temprano llega su amigo y padrino Enrique con las pistolas del duelo y salen hacia los Campos Elíseos que es donde se celebrará el duelo. Los padrinos intentan solucionarlo pero ambos hombres se niegan para no tener que dar explicaciones y que salga a relucir el nombre de la mujer; también, desde luego, para no ser tenidos por cobardes. Disparan por turnos y ambos yerran. Vuelven a cargar las armas pero tienen que huir ante los gritos y el correr de gentes que se acercan. El tumulto es consecuencia de haberse escapado un elefante, Pizarrito, que era el centro de un espectáculo en la plaza de toros. Ante esa realidad ambos duelistas estallan en carcajadas y con la mediación de los padrinos acuden a almorzar juntos a Lhardy, donde, ante unos suculentos platos, se dan las oportunas explicaciones. Por esa conversación nos enteramos de que todo ha sido un malentendido: el hombre con el que se ha batido en duelo es un vecino de la misma casa de su amada. Este hombre, que sabía todas las dificultades que nuestro protagonista tenía que sortear para entrevistarse con la joven, estaba dispuesto a ayudarle. Pero, aquí entra en danza el portero que, tratando de estorbar los amores de los jóvenes, hace creer al hombre que en realidad nuestro protagonista trataba de enamorar a su esposa. Por eso la noche de la pelea había llegado llegaba a horas intempestivas, para cogerlos in fraganti, aunque al llegar a su domicilio cae en el engaño porque ve que su mujer duerme plácidamente. Quedan como amigos y riéndose de que finalmente el portero, el causante de todo el embrollo, sea el único que ha salido malparado. |
Temas, motivos y tipos: | Adversario desconocido. Duelo. |
Aspectos formales: | El cuento se publica en dos entregas y se divide en cinco capítulos con numeración romana. En ocasiones, el narrador protagonista apela directamente al lector. Como sucede en las otras dos narraciones publicadas en El Museo Universal de este autor, el espacio en el que ubica las acciones es el Madrid contemporáneo que se recrea mediante una numerosa cantidad de referencias de actualidad. |
Sección: | |
Observaciones: | Como se señalaba anteriormente, esta narración eá sembrada de referencias actuales: El fotógrafo Charles Clifford (Gales, c.m 1820- Madrid, 1 de enero de 1863) desarrolló su carrera fotográfica en España. Tuvo estudio fotográfico en Madrid, en la calle Montera, en la Carrera de San Jerónimo y en la Puerta del Sol, y fue el fotógrafo oficial de la Reina. Está enterrado en Madrid, en el cementerio de los Ingleses. El elefante Pizarro formaba parte de un espectáculo taurino durante los años en los que se sitúa el cuento. Incluso la anécdota que se refiere en el cuento, el que se escapase es cierta: se cuenta que hambriento animal se escapó zoológico en donde residía desde el 1863. Murió en 1873, fue disecado y donado al Museo de Ciencia Naturales de Madrid. Los Campos Eliseos de Madrid en junio de 1864 se extendían por la zona que actualmente ocupan las calles de Alcalá, Velázquez y Goya. En la década de los 80 fueron desapareciendo ante el empuje de las construcciones del barrio de Salamanca. La Fuente Castellana estuvo en lo que hoy es la Glorieta de Castelar y que antes fue la Glorieta del Obelisco, monumento que mandó levantar Fernando VII para celebrar el nacimiento de la infanta Isabel. El restaurante Lhardy, abierto en 1839, aún está en activo en la Carrera de San Jerónimo. Cuenta con preciosos salones (el japonés, Sarasate, Gayarre y Tamberlick) y ha sido profusamente citado por escritores tanto del siglo XIX como actuales. |
Clasificación genérica: | Costumbrista. Humorístico. Realista. |
María Jesús Amores |