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Adolfo de Castro

 

 

Adolfo de Castro (1823-1898). Bibliógrafo, erudito y estudioso de las letras españolas del Siglo de Oro, en particular sobre Calderón de la Barca, Lope de Vega, la poesía barroca y, especialmente, Miguel de Cervantes. Nació en Cádiz el 6 de septiembre de 1823. Su familia pertenecía a una clase media burguesa. Ya desde fechas muy tempranas dio muestras de un insaciable afán de lectura, investigación histórica y vocación literaria, sobre todo poética. En Sevilla, donde pasó largas temporadas durante su juventud, se relacionó con otros jóvenes eruditos. Sus primeros escritos son poesías y artículos en periódicos gaditanos. Dos trabajos tempranos, elaborados con bastante precipitación, El Conde Duque de Olivares y el rey Felipe IV (1846) y una Historia de los Judíos en España (1847), le dieron cierto prestigio, que se agrandó con la publicación al año siguiente del famoso Buscapié, un atribuido opúsculo cervantino escrito en defensa de la primera parte del Quijote, cuyo manuscrito hizo creer que había localizado en una librería de San Fernando (Cádiz). El «descubrimiento» provocó una fuerte polémica con críticas adversas del hispanista Ticknor y de Bartolomé José Gallardo, que duraría hasta 1853, en que se terminó por demostrar la superchería. No obstante, el presunto escrito cervantino se incluyó durante bastante tiempo como apéndice en sucesivas ediciones del Quijote. Gracias a la fama conseguida, Adolfo de Castro fundó la revista literaria La Tertulia (Cádiz, 1848-1851), donde publica 75 artículos de crítica literaria y de historia, y poesías, bien con su propio nombre o con los seudónimos de Antonio de Lupián Zapata y El Caballero de la Tenaza. Prosigue con sus estudios históricos y compone una Historia de los Protestantes españoles y de su persecución por Felipe II (1851), que aumentó su notoriedad. Ese mismo año se traslada a Madrid, donde permanece hasta 1853, trabajando en el Gran Diccionario de la Lengua Española (1852) y en las ediciones de los Poetas líricos de los siglos XVI y XVII (1854) y El Gil Blas de Santillana.

 

Con la revolución del general O'Donnell en 1854 entra en la política activa desempeñando algunos cargos en su ciudad natal, el más notable el paso por la Alcaldía, y luego como gobernador de Huelva, pero con el fin del Bienio Liberal se trunca su carrera política y se refugia entonces en una vida cultural. Intenta ser miembro de un mayor número posible de Academias locales y consagra esfuerzos en elaborar su clásica Historia de Cádiz y su provincia: desde los tiempos remotos hasta 1814 (1858), que había comenzado años antes. En 1857 se encargó de la dirección del periódico gaditano El Constitucional, época en que sufre una crisis religiosa hacia un acendrado catolicismo. En 1872, a raíz de las turbulencias políticas, es cesado de su cargo de Secretario del Ayuntamiento gaditano y tiene que abandonar su ciudad natal para irse a vivir a Sevilla, donde aprovecha para trabajar con asiduidad en la Biblioteca Colombina. Realiza en ese tiempo su mayor descubrimiento: la identificación del autor de la Epístola moral a Fabio, Alonso Fernández de Andrada, al la vez que sigue profundizando en los estudios cervantinos y publica las Obras selectas de filósofos españoles (1873). A comienzos de 1875 torna a su ciudad natal, funda una revista La Verdad y mantiene durante cierto tiempo duras polémicas con compatriotas suyos sobre cuestiones académicas. Los postreros años de su vida están plagados de circunstancias adversas en el terreno económico, personal y cultural. Falleció en Cádiz el 12 de octubre de 1898.

 

Las colaboraciones de Adolfo de Castro en el Semanario Pintoresco Español discurren durante los años 1851 a 1854. Comprenden dos cuentos, «La destrucción de Patria. (Tradiciones gaditanas)» (1851) y «Luchar contra la fortuna, novela ejemplar» (1851), más otros textos varios: 1) Artículos de historia literaria, «Relación entre las costumbres y los escritos de Lope de Vega» (1851), «El Doctor Sa de Miranda» (1851), «¿Cervantes fué o no poeta?» (1851), «Versos de Felipe IV» (1852), «Teatro antiguo español. Don Diego Hurtado de Mendoza» (1853); 2) Composiciones poéticas, «La muerte de Jesús» (1851), «Besos a Cupido» (1853), «El espejo de la verdad. Fábula» (1853), «Al mar» (1853), «La muerte del sabio. Elegía» (1854); y 3) un artículo socio-histórico, «Fiesta de toros en el siglo XVII» (1852).

Además, Adolfo de Castro colaboró en el semanario El Mundo Pintoresco con una biografía y una poesía en dos números de octubre de 1859, y con un poema y un artículo de costumbres en febrero y abril de 1860, respectivamente. Colaboró también en El Museo Universal con un artículo, ya clásico, "Biografía. Don Diego Hurtado de Mendoza" (1869).

 

 

Cuentos

 

 

Adolfo de Castro, «La destrucción de Patria. (Tradiciones gaditanas)», Semanario Pintoresco Español, 19 (11 de mayo de 1851), pp. 149-151.

Adolfo de Castro, «Luchar contra la fortuna, novela ejemplar», Semanario Pintoresco Español, 34, 35, 36 34 (24 de agosto de 1851), pp. 265-268; 35 (31 de agosto de 1851), pp. 275-278; 36 (7 de septiembre de 1851), pp. 281-285.

 

 

Otras colaboraciones

 

 

Adolfo de Castro, «Relación entre las costumbres y los escritos de Lope de Vega», Semanario Pintoresco Español, 13 (30 de marzo de 1851), pp. 101-102. Estudio sobre las bondades y sencillez de costumbres en la obra dramática de Lope de Vega. [Se reimprimió dos años después, en 1853, en el t. 24 de la BAE, dedicado a Lope de Vega].

Adolfo de Castro, «La muerte de Jesús», Semanario Pintoresco Español, 15 (13 de abril de 1851), pp. 119-120. [«La selva turban los airados vientos...»]. Composición poética.

Adolfo de Castro, «El Doctor Sa de Miranda», Semanario Pintoresco Español, 38 (21 de septiembre de 1851), pp. 299-303. Estudio sobre Francisco Sa de Miranda (1491-1558) y su égloga representable, Alejo.

Adolfo de Castro, «¿Cervantes fue o no poeta?», Semanario Pintoresco Español, 45 (9 de noviembre de 1851), pp. 354-355. Defensa del talento poético de Cervantes.

Adolfo de Castro, «Versos de Felipe IV», Semanario Pintoresco Español, 14 (4 de abril de 1852), pp. 107-108. Transcripción de unas décimas del monarca, inéditas, que se encuentran en un Códice de la Biblioteca Provincial de Cádiz, que son elegías dedicadas a la muerte de su mujer Isabel de Borbón.

Adolfo de Castro, «Fiesta de toros en el siglo XVII», Semanario Pintoresco Español, 17 (25 de abril de 1852), pp. 135-136. Artículo sobre la fiesta taurina en dicha centuria y transcribe una una composición inédita del conde de Villamediana, «A D. Pedro Vergel, alguacil de corte».

Adolfo de Castro, «Teatro antiguo español. Don Diego Hurtado de Mendoza», 21 (22 de mayo de 1853), pp. 164-166. Artículo de crítica literaria sobre una pieza dramática de D. Diego Hurtado de Mendoza, Diálogo entre Caronte y el ánima de Pedro Luis Farnesio, hijo del papa Paulo II, de la que reproduce un extracto.

Adolfo de Castro, «Besos a Cupido», Semanario Pintoresco Español, 24 (12 de junio de 1853), p. 192. [«Pues al ver de Diana...»]. Breve composición poética firmada en Cádiz, 1844.

Adolfo de Castro, «A Diana. Los ojos de cierva herida», Semanario Pintoresco Español, 27 (3 de julio de 1853), p. 216 [«Oye, amante ruiseñor...»]. Poesía amorosa firmado en Cádiz, abril de 1845.

Adolfo de Castro, «El espejo de la verdad. Fábula», Semanario Pintoresco Español, 36 (4 de septiembre de 1853), p. 288. [«En el siglo feliz, cuando los hombres...»]. Una fábula sobre la verdad, hecha añicos como un espejo por la maldad. Sólo quedan de ella algunos trozos que la reflejen.

Adolfo de Castro, «Al mar», 36 (4 de septiembre de 1853), p. 288. Semanario Pintoresco Español, [«¡Y qué! ¿no enfrenarás, ponto soberbio,...»]. Composición poética firmada en Cádiz, diciembre de 1843, acerca del horror del mar embravecido que amenaza la vida del planeta.

Adolfo de Castro, «La muerte del sabio. Elegía», Semanario Pintoresco Español, 14 (2 de abril de 1854), p. 112. [«Un cadáver hay más; pero la muerte...»]. Dedicada a la memoria del doctor en ciencia médica don José García de Arboleya.

Adolfo de Castro, «Doña Vicenta Maturana», El Mundo Pintoresco, II, 41 (9 de octubre de 1859), pp. 323-324.

Adolfo de Castro, «El 18 de septiembre de 1859 (1). Al Excmo. Señor D. Ramón López de Tejada y al Señor D. Juan Pedro Muchada», El Mundo Pintoresco, II, 42 (16 de octubre de 1859), p 335. [« ¡Cádiz! ¡Cádiz y Sevilla!...»]

Adolfo de Castro, «Aben-Zulema y Geloyra. Romance morisco», El Mundo Pintoresco, III, 9 (26 de febrero de 1860), pp. 70-71. [«En cien caballos que al cisne...»]

Adolfo de Castro, «Ligera idea de las antiguas costumbres españolas en Semana Santa», El Mundo Pintoresco, III, 15 (8 de abril de 1860), p 119.

Adolfo de Castro, "Biografía. Don Diego Hurtado de Mendoza", El Museo Universal, XIII, 26 (27 de junio de 1869), pp. 202-203; 28 (11 de julio de 1869), p. 219; 29 (18 de julio de 1869), pp. 227-228.

 

 

Enrique Miralles García

 

 

Bibliografía consultada

 

Ravina Martín, Manuel, Bibliófilo y Erudito. Vida y obra de Adolfo de Castro 1823-1898. Servicio de Publicaciones, Universidad de Cádiz, 1999.

Romero Ferrer, Alberto, «Del rigor filológico a la falsificación cervantina: Adolfo de Castro y la literatura española de los Siglos de Oro», Cuadernos de Ilustración y Romanticismo, núm. 8 (2000), pp. 177-186.

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