Título: | «Secretos de familia» |
---|---|
Variantes del título: | |
Autor: | Fernández de los Ríos, Ángel |
Revistas: | El Siglo Pintoresco, III, 11, 12, 13 (1 de noviembre de 1847; 1 de diciembre de 1847; 1 de enero de 1848), pp. 252-256, 272-276, 303-309. |
Volúmenes: | |
Variantes: | |
Resumen: | En el otoño de 1844 Rafael de Mendía y su criado Pedro se dirigen en plena noche desde Madrid a un villa de Navarra sin hacer parada alguna, puesto que Rafael quiere llegar pronto a la casa de su prometida. A su llegada se está celebrando una fiesta y Rafael es recibido con alegría por el dueño, don Andrés, su esposa, doña Irene y la hija de don Andrés, María. Rafael ha acudido con premura y preocupación a la casa de don Rafael, pues en los últimos tiempos las cartas de su prometida, María, han sido más escasas y han dejado de expresar el cariño que se tienen. El protagonista, que había estudiado jurisprudencia en Zaragoza, vivía desde hacía algún tiempo en Madrid con el propósito de labrarse un futuro. Entretanto, María, huérfana de madre desde su nacimiento, vivía con su padre que se había casado con una mujer de baja condición social, doña Irene. Don Andrés dispone que Rafael duerma en una de las habitaciones de la casa junto a Pedro, a pesar de las reticencias de doña Irene. Durante la noche Rafael oye palmadas, el ruido de alguien que escala la pared de la casa y de pisadas en su interior. Acude a la habitación de Pedro, que también ha oído los ruidos y se dispone a atrapar a los ladrones saliendo al pasillo, pero descubre una especie de aparición fosfórica acompañada de resplandores que le aterroriza. Dispara y cree ver una figura vestida de blanco que huye. Poco después descubren a María desmayada. Al registrar la casa se cercioran de que no habían sido ladrones. Quince días después, María todavía no se ha repuesto y su salud empeora. En uno de los momentos en los que recupera la consciencia se queja de que Rafael la abandonase al espaciar sus visitas desde que se encontraba en Madrid y le explica, en medio del delirio, su angustia al descubrir durante un viaje a Pamplona con su madrastra era infiel a su padre y que un hombre, amigo del amante de su madrastra, la acosaba continuamente, aunque ella había resistido siempre a sus intentos por acabar con su honra. En medio de su enajenación, le cuenta que la noche en la que llegó Rafael a su casa fue finalmente vencida por aquel hombre que se introdujo como figura fantasmal en su habitación y la violó. Rafael pide enseguida el nombre de los dos hombres que han causado la deshonra de don Andrés y de la suya a María, y promete casarse con ella, pero María se niega a hacerlo, a pesar de la insistencia del joven. Éste recrimina el comportamiento de la joven, pues parece que quiere proteger a alguien, y la amenaza con no volver a verla hasta que no sea para saber el nombre de los infames. Rafael parte de la casa de María y esta queda sola y desamparada. Consigue que Rafael le de un poco de tiempo para facilitarle los nombre, pero entretanto descubre que está embarazada. Decide entonces poner fin a su vida y, después de escribir una carta para su padre y otra para Rafael, se tira al río. Tiempo después en la ciudad de Madrid, Rafael y María asisten a una pelea a navaja entre dos hombres que acaba con la muerte de ambos. María descubre al contemplar los dos cadáveres que eran los dos hombres de los que Rafael deseaba vengarse, mientras el joven, estrechando las manos de la joven, le dice que no hablarán más del pasado. Rafael y Pedro la habían rescatado del cauce del río y la habían llevado de nuevo a su casa. En los días siguientes María cayó de nuevo en un peligro de muerte, «que malogró el fruto de su falta», Rafael habló con doña Irene que tuvo como resultado un acceso de fiebre que la llevó a la tumba, y Rafael y María se casaron y se fueron a vivir a Madrid con don Andrés, que murió poco después. |
Temas, motivos y tipos: | Orfandad. Matrimonio desigual. Adulterio. Violación. Identidad oculta. Enfermedad. Suicidio. |
Aspectos formales: | El relato, publicado en la sección «Novelas», se divide en cuatro capítulos («Donde se ve que no solo en Toledo se pasan noches toledanas», «Revelaciones», «La felicidad en el fondo de un río» y «En el cual se pone término a la narración de los secretos de familia») se conduce por una voz narrativa omnisciente que en muy pocas ocasiones muestra el desenfado que manifiestan los títulos. Confiere importancia a las elipsis temporales para estructurar el relato, y utiliza en unas ocasiones diferentes escenas para introducir las analepsis necesarias para comprender la peripecia (el viaje de Rafael y Pedro al iniciarse la narración, el suicidio de María...); en otras, mediante el diálogo, convierte a uno de los personajes, María, en narratario de los misteriorsos secretos de familia. Las últimas palabras de la narración, en las que el autor, no el narrador, se dirige a los lectores, explican el final torpe y atropellado del relato. |
Sección: | Novelas |
Observaciones: | El final de la narración se resuelve de forma abrupta y atropellada. En el párrafo final el autor señala: «He aquí querido lector el desenlace que primero se me ha ocurrido para los sucesos que había comenzado a contarte: dos ventajas tiene por lo menos, la de ser breve para ti, y la de haberme ocupado poco tiempo: si la novela no te gustaba, he hecho bien en complacer al editor que quería una conclusión en pocas líneas y escrita en breves horas, si había llegado a interesarte, acaso en otra ocasión te enteraré de los maravillosos sucesos que tenía pensado referirte. Por ahora queden sumergidos en el fondo de mi tintero los Secretos de familia» (p. 309). La narración cierra el volumen tercero y último de la revista. Es, pues, el último artículo de El Siglo Pintoresco y el editor era el mismo autor, Ángel Fernández de los Ríos. Acompañan al cuento cinco ilustraciones. En la primera entrega (p. 255), un grabado de Urribieta recrea la visión terrorífica de Rafael y su criado Pedro. En la segunda entrega (p. 276) María implora arrodillada el perdón a Rafael. La última entrega contiene varios retratos: de dola Irene (p. 304), de María (p. 305) y de Rafael (p. 306). |
Clasificación genérica: | Sentimental. |
Montserrat Amores |