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Buscador · Informe de cuentos · «Lozoya y Manzanares »

Título: «Lozoya y Manzanares»
Variantes del título: «Lozoya»
Autor: Trueba y la Quintana, Antonio de
Revistas: Álbum de señoritas y Correo de la moda, -, 263 (24 de junio de 1858), pp. 221-231.
El Mundo Pintoresco, I, 13 (4 de julio de 1858), pp. 102-103.
La España, XI, 3.728 (25 de junio de 1858), p.4.
Volúmenes: Cuentos campesinos, Imprenta de La Correspondencia de España, Madrid, 1860, p..
Cuentos campesinos, Imprenta de D. Luis Palacios, Madrid, 1862, pp. 221-231.
Variantes: Sin variantes, salvo el título, pues la narración conserva «Lozoya» en las versiones en revistas y pasa a «Lozoya y Manzanares» en las del volumen de Cuentos campesinos.

Resumen: En 1852 el «serranito Lozoya» se encuentra con unos ingenieros de Madrid que le anuncian que por orden de la reina tienen que prenderle para llevarle a la ciudad. Lozoya se resiste, aunque los ingenieros le prometen que le construirán un palacio en el Campo de Guardias y diferentes cauces cubiertos. Sin embargo, al final tiene que ser preso y conducido a Madrid.


Tiempo después, una mañana del mes de mayo de 1858, el carcelero deja en libertad a Lozoya para que se dirija a Madrid. Este es reticente pues cree que el camino está muy pendiente y no podrá llegar, mientras el carcelero le conmina a salir de la prisión, pues han gastado más de cien millones en prepararle la senda abriendo incluso algunas montañas «en canal». Lozoya inicia su viaje y después de cuatro horas es detenido de nuevo para avisarle de que la reina Isabel II va a recibirle. Lozoya se escapa entonces para ir al encuentro de Manzanares. Poco después se encuentra de bruces con este, quien le echa en cara que intente hacerse con los honores de regar las tierras de Madrid y dar de beber a sus habitantes, un honor que antes era solo suyo. Lozoya le advierte que él ha llegado a Madrid a la fuerza. Finalmente llegan a las manos y caen arrastrándose hasta llegar a la Venta del Partidor donde son encerrados. Poco después, Lozoya es conducido al palacio construido al efecto en el Campo de Guardias y de ahí entra en Madrid por la puerta de Fuencarral, aunque ya no está tan guapo y «frescachón» como al principio, ocasión que aprovecha Manzanares para reírse de él.  Entonces la fuente de la pradera de San Isidro recuerda a los dos que todo aquel que realiza una obra de misericordia «sale de la vida y llega a las puertas del cielo dolorido y flaco».

Temas, motivos y tipos:
Aspectos formales: El cuento de carácter alegórico se divide en dos breves capítulos en los que los dos ríos se encuentran discuten y mantienen diálogos con cierto tono chusco. El final trasciende lo puramente alegórico para convertirse en altamente moralizante.

Sección:
Observaciones: Z. Rubio, el autor de la «Revista mensual» en la que se incluye el cuento en El Mundo Pintoresco, señala que el «artículo» de Trueba estaba en manos de la revista hacía tiempo sin publicar, y, a propósito de la inauguración del canal de Isabel II se inserta en el número, dedicado casi íntegramente al acontecimiento. Junto a «Lozoya y Manzanares» se suman el «Acta de la solemne inauguración del canal de Isabel II», acompañado de dos ilustraciones del acto; un artículo titulado «Calidad de las aguas del Lozoya» de Casiano de Prado y «El Presidiario Ibáñez. Notabilidad del canal de Isabel II», junto a un listado de los gastos de las obras.


En el volumen de Cuentos campesinos (1862) el autor señala en nota: «Este cuento que reprodujeron, al dársele a luz por primera vez en 1858, todos los periódicos de España, es la historia alegórica de la traída del Lozoya a Madrid. No hay en él un detalle que no corresponda a una circunstancia de tan importante acontecimiento». (p. 221)

Clasificación genérica: Alegórico. Moral.

Montserrat Amores

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