Título: | «Nuramí» |
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Variantes del título: | |
Autor: | Fernández Iturralde, Enrique |
Revistas: | El Mundo Pintoresco, III, 25, 26 (17 de junio de 1860; 24 de junio de 1860), pp. 199-200, 206-207. |
Volúmenes: | |
Variantes: | |
Resumen: | El cuento se presenta como una carta que Enrique escribe a su amigo Andrés desde una aldea de tinguyanes de Luzón en Filipinas para darle noticias de su estancia. Tras la descripción de una joven indígena que lleva el nombre de Aihza (o Ahiza) pasa a transcribir una «leyenda» que ella canta. Cuenta la historia de amor de dos jóvenes, Nuramí y el guerrero Alila, que viven felices en su aldea con su hijita Aihza. Un día llega a la aldea un extranjero, un tagáloc llamado Mateo, pidiendo hospitalidad porque había matado a su mujer y «a un blanco» pillados en infidelidad. No resulta especialmente amable a la gente de la aldea, pero aun así es acogido. Un día declara a Nuramí la pasión que ha despertado en él y le propone huir juntos. Cuando ella se niega la amenaza con la vida de Alila y Aihza. Al día siguiente Alila despierta enfermo, posiblemente envenenado, a la vez que la cabaña de Mateo ha sido destruida y él ha abandonado la aldea. Aquella misma tarde muere Alila. Vemos entonces a Mateo que ha ido a pactar con los guinaanes, el pueblo enemigo de los tinguyanes. Una noche los guinaanes atacan la aldea de Nuramí y ella sube a su padre, el anciano barnaa o jefe de la tribu, y a su hijita en una barca; mientras ella sube a otra que empuja hacia el brazo del río que conduce a un remanso que oculta un terrible remolino. Mateo la sigue en otra barca y se va acercando peligrosamente. Cuando cree estar alcanzándola, ambas embarcaciones son arrastradas por una fortísima corriente y engullidas por el agua. Acabada la narración se nos descubre, aunque ya lo sospechábamos, al anciano y a Aihza, los huéspedes de Enrique, como el padre y la hija de Nuramí. |
Temas, motivos y tipos: | Envenenamiento. Muerte. Naturaleza. |
Aspectos formales: | Publicada en dos entregas y dividida en cinco capítulos con numeración romana. Se presenta como una carta que únicamente sirve de marco para la transcripción que el tal Enrique hace de la «leyenda» que oye a una joven. Como otros cuentos de F., transcurre en Filipinas y los acontecimientos narrados suceden en un pasado muy cercano, por cuanto la joven que los canta era un bebé en el tiempo en que sucedieron. El cuento se remansa en tres ocasiones para hacer antropología: así la costumbre de beber los sesos de sus enemigos vencidos; la del baile para sanar enfermos; y el rito funerario. |
Sección: | |
Observaciones: | El nombre de uno de los personajes, Ahiza, es probablemente un error de imprenta ya que poco después y del mismo autor se publica otra «balada filipina» con el título de Ahiza. |
Clasificación genérica: | De aventuras. Oriental. |
María Jesús Amores |