Título: | «La Noche Buena» |
---|---|
Variantes del título: | |
Autor: | Rubio, Carlos |
Revistas: | El Museo Universal, VIII, 52 (22 de diciembre de 1864), pp. 410-412. |
Volúmenes: | |
Variantes: | |
Resumen: | Lázaro, anciano sumido en la pobreza, solo en el mundo y sin cobijo, se duele en la Nochebuena de su infelicidad mientras el bullicio de las calles rebosa alegría. Observando los coches de los ricos y los preparativos de las cenas, se dice para sí: «¡Unos tanto y otros tan poco! ¡Ah fortuna, fortuna! ¿Cuándo serás cuerda de una vez?» De su ensimismamiento viene a sacarle una mujer misteriosa que dice ser la Fortuna. Ante el desasosiego del viejo mendigo, la mujer le asegura que aquella noche está dispuesta a cumplir el deseo que le pida. Lázaro le dice que quiere ser rey. Y así sucede: en un instante aquel mendigo se ve ataviado con el traje real y transportado a los salones de un rico palacio. Pero al poco de vivir rodeado de lujo, de maledicencias y murmuraciones de sus cortesanos, se exclama: «¡Quién fuera un pobre artesano, de esos que hoy gozan tanto, y tanto me envidian!». Y apenas dijo esto, se encontró convertido en artesano. Mas también la casa del buen artesano era un cúmulo de desgracias y de diaria pobreza. Así que no tardó en exclamarse de nuevo: «¡Quién fuera capitalista!» Y se transformó de inmediato en banquero. A los pocos días, infeliz, alentaba ya el deseo que le sacara de aquel estado. De modo que Lázaro fue primero rey, y luego banquero, artista, hijo tonto de una vida del Monte Pío, mayorazgo… Al final de su periplo, viendo a un pobre mendigo a la puerta de su casa, reconvenía desesperado: «¡Quién fuera pobre!». Y Lázaro, al momento, se vio de nuevo en la puerta de un rico, harapiento y coronada su cabeza con dos orejas de asno. La Fortuna le interpeló entonces asegurándole que nada puede hacernos totalmente felices, puesto que, siendo el dolor y el placer las dos caras de una misma moneda, la felicidad se encuentra en nosotros mismos. |
Temas, motivos y tipos: | Felicidad. Fortuna. Mendigo. Ayudantes sobrenaturales. Cumplimiento mágico de un deseo. |
Aspectos formales: | Cuento dividido en diez breves capítulos encabezados con números romanos. Cada uno de estos capítulos reproduce escenas distintas de la acción dramática y, de acuerdo con el acontecer vital del protagonista, se corresponde con las constantes transformaciones del espacio-tiempo de la historia. Siendo el tiempo lineal, la voz narrativa se mantiene fiel a un narrador omnisciente propenso, como suele ocurrir en los cuentos de este autor, a digresiones de diverso orden. El primer capítulo, por ejemplo, es mera digresión introductoria sobre referentes costumbristas y literarios (Larra, Alarcón…) de la Nochebuena, mientras los dos últimos asumen la moraleja dirigida a los niños. Aunque no se haga explícito, como en otros cuentos del autor, también este es un “cuento de niños”. |
Sección: | |
Observaciones: | |
Clasificación genérica: | Alegórico. Maravilloso. Moral. |
Jaume Pont |