GICES XIX UAB


Ministerio de Ciencia e Innovación

Buscador » Informe de Autor » "Gil y Baus, Isidoro"

 Isidoro Gil y Baus

 

No es exagerado afirmar que Isidoro Gil y Baus (1814-1866) se crió a base de liberalismo y teatro desde que vino al mundo. Fue su padre Bernardo Gil, actor y empresario del teatro de la Cruz, quien, viudo de la actriz Antonia Zárate, se había vuelto a casar ya mayor con la jovencísima Antera Baus, de una conocidísima saga de cómicos. Antera, que había debutado en la compañía de Isidoro Máiquez, pasó pronto al teatro de la Cruz, donde fue muy aplaudida en el papel de Cenicienta. Volvería con el tiempo al Príncipe y allí se consagraría interpretando a Paquita en El sí de las niñas de Moratín. El hijo de Antera y Bernardo vino al mundo en 1814 y fue apadrinado por Máiquez, de ahí el nombre de pila. Corría el aciago año 1814 y padre y padrino, víctimas de la conspiración absolutista de los persas, «purgaban sus opiniones en la cárcel de la Villa», como dice Mesonero Romanos en sus memorias. El niño era hermanastro de Antonio Gil de Zárate y sería más tarde primo del dramaturgo Manuel Tamayo y Baus.

 

No hay datos sobre la formación de Isidoro Gil y Baus. Quizá estudió en Francia como Gil de Zárate, pues dominaba el francés. Por datos que figuran en el registro de la parroquia de San Sebastián, sabemos que se casó en primeras nupcias con Cecilia Madrazo y, años más tarde, con Bernarda Albacete. Debió de ser hombre muy agraciado a juzgar por el famoso cuadro de Esquivel y por un retrato atribuido a Madrazo que se conserva en el Museo Romántico de Madrid. En su correspondencia, Valera habla de un Isidoro Gil y Baus, agregado de la embajada en Lisboa, hombre de moda que se disputaron la bella infanta doña Ana y otras dos mujeres. En el citado registro parroquial se consigna que murió de tuberculosis en Madrid el 2 de noviembre de 1866.

 

Isidoro Gil y Baus fue, junto con Ramón de Navarrete, uno de los más prolíficos traductores de teatro francés entre 1832 y 1855. Adaptó, entre otras cosas, La cartuja de Parma de Stendhal con el título La abadía de Castro (1844) y La novela de la vida: comedia en cinco actos y siete cuadros (1859) de Octave Feuillet. Al margen de una obra original muy poco estudiada, colaboró con diversos dramaturgos, entre ellos, Antonio García Gutiérrez, con quien firmó El sitio de Bilbao (1837) y Juan de Suavia (1841). Usó el pseudónimo Isidoro Gali y Busa y muchas veces firmaba sus obras únicamente con el apellido paterno, lo que ha dado lugar a algunas confusiones acerca de la autoría de sus textos.

 

Isidoro Gil y Baus serializó en El Laberinto, de noviembre de 1843 a febrero de 1844, una nouvelle histórica muy melodramática, basada en el motivo del fratricidio y elocuentemente titulada «Caín y Abel». En 1845 colaboró de nuevo en la revista con el poema humorístico «El chapín del rey o parras verdes. Jácara portuguesa».

 

En 1847, Isidoro Gil y Baus publicó por entregas en El Siglo Pintoresco el romance «Miragaya. Tradición portuguesa».

 

Isidoro Gil y Baus tiene una única colaboración en el Semanario Pintoresco Español, «El barbero de un valido», una interesante narración histórico-política procedente de una crónica portuguesa, que se serializó de enero a marzo de 1848.

 

Cuentos

 

Isidoro Gil, «Caín y Abel. Novela», El Laberinto, I, 1 (1 de noviembre de 1843), pp. 8-10; 2 (16 de noviembre de 1843), pp. 21-23; 3 (1 de diciembre de 1843), pp. 37-38; 4 (16 de diciembre de 1843), pp. 48-49; 6 (16 de enero de 1844), pp. 81-82; 8 (16 de febrero de 1844), pp. 103-106. [En los nºs 3, 4, 6, 8 desapareció el subtítulo «Novela»]

Isidoro Gil, «El barbero de un valido. Crónica del siglo XV», Semanario Pintoresco Español, 3 (16 de enero de 1848), pp. 22-24; 4 (23 de enero), pp. 28-29; 5 (30 de enero), pp. 37-39; 6 (6 de febrero de 1848), pp. 43-45; 7 (13 de febrero de 1848), pp. 55-56; 8 (20 de febrero de 1848), pp.59-60; 10 (5 de marzo de 1848), pp. 79-80; 11 (12 de marzo de 1848), pp. 85-87.

 

Otras colaboraciones

 

Isidoro Gil, «El chapín del rey o parras verdes. Jácara portuguesa», El Laberinto, II, 27 (18 de agosto de 1845), pp. 318-319. [«En la viña hay parras verdes...»]

Isidoro Gil, «Miragaya. Tradición portuguesa», El Siglo Pintoresco, III, 4 (1 de abril de 1847), pp. 91-92; 6 (1 de junio de 1847), pp. 139-140; 9 (1 de septiembre de 1847), pp. 212-215. [«Noche oscura tan hermosa…»] [«Rey Ramiro, Rey Ramiro…»] [«Por Dios os digo, Romero…»]

 

Teresa Barjau

 

Bibliografía consultada

 

Ferreras, Juan Ignacio, Catálogo de novelas y novelistas españoles del siglo XIX, Cátedra, Madrid, 1979, p. 175.

González Subías, José Luis, «Profesionales de la traducción teatral a mediados del siglo XIX», en Francisco Lafarga, Luis Pegenaute eds., Traducción y traductores, del Romaticismo al Realismo, Peter Lang, Berna, 2006, p. 252.

San Vicente, Félix, «Continuidad del drama histórico», en Historia de la literatura española. Siglo XIX (I), dir. Víctor García de la Concha, coord. Guillermo Carnero, Espasa Calpe, Madrid, 1997, p. 388.

 

 

Imprimir